El carnaval del Uruguay VI

En medio de la animación y el natural nerviosismo que precede a la aparición frente al público, siempre habrá alguien más interesado en realizar actividades extra carnavalescas, como tomar fotografías (en mi caso) u otras tales como...ya saben.

El carnaval del Uruguay V

 

Ocupándose de los últimos detalle antes de salir, siempre bajo la inescrutable mirada del prócer.

El carnaval del Uruguay IV

 

Para la foto familiar es imprescindible dejar de lado los nervios por un instante y sonreír.

El carnaval del Uruguay III

Dándole los últimos toques a sus trajes, en pocos minutos van a comenzar a desfilar, ha llegado el momento de la verdad, para el que se prepararon con esmero durante todo un año.

El carnaval del Uruguay II

Integrantes de una comparsa poco antes de salir a desfilar. Lucen muy serias, pero pronto, apenas se enfrenten al público, se van a animar.

El carnaval del Uruguay

Dicen por ahí que el carnaval del Uruguay es el más largo del mundo. Puede que sea cierto. Lo que sí me queda claro es que fuera del momento del desfile, cuando las agrupaciones compiten para encantar al público y convencer al jurado, los miembros de las comparsas no se ven más alegres y eufóricos de lo habitual, característica muy nuestra, de todos modos. Qué puedo decir, carnavales eran los de antes (link), de todos modos.

Intervenciones urbanas

Algunas de las obras conceptuales o instalaciones realizadas por reconocidos artistas locales en el ámbito urbano valdría la pena que fuesen comentadas por los críticos de arte, quienes seguramente, con el conocimiento y capacidad analítica que suele caracterizarlos, podrían echar una luz sobre muchas obras que por su concepción y/o realización, a veces resultan un tanto crípticas, por no decir totalmente incomprensibles y absurdas, para el público no especializado.

Siesta

Cuanta más gente hay en la vuelta, más fácil se hace que cada cual esté en lo suyo, sin ocuparse de lo que puedan hacer o dejar de hacer los demás. 

Bajo el sol de enero

 

El sol de enero no perdona a los débiles, eso lo sé muy bien y lo tengo presente cada vez que voy a salir de casa al mundo exterior y tengo que embadurnarme con filtro solar. Ya tuve que pasar una vez por el molesto procedimiento de recibir chorritos de nitrógeno líquido en el rostro para evitar eventuales males mayores y aunque la cosa fue más molesta que dolorosa, no guardo recuerdos agradables de todo ese asunto. Así que cuando vi a este grupo me acordé de esa aventura y me causaron gracia, estaban siendo más astutos y cuidadosos de lo que yo recuerdo haber sido.

300 años

Hoy se llevó a cabo la segunda parte de las celebraciones por los 300 años de la fundación de Montevideo por parte de la intendencia y una multitud variopinta (iba a decir "gente de todo pelo", pero por razones obvias preferí lo anterior) se reunió a disfrutar de los espectáculos musicales. No voy a afirmar que "Montevideo era una fiesta" por respeto a Hemingway (y para no quedar como un palurdo) pero lo cierto es que había mucha animación por las calles y alrededor de los escenarios.

La hora de la merienda

Los hábiles, aunque no siempre sutiles políticos de todas las tendencias insisten, como no podía ser de otra manera y con obvias segundas intenciones,  en el delicado tema de la seguridad ciudadana. Casi siempre la relacionan con lo mismo: el narcotráfico, la violencia doméstica y demás, pero todos, sin excepción y vaya uno a saber por qué motivo, han evitado referirse a la violencia causada por las malévolas fieras que quedaron sin trabajo luego de la clausura del zoológico. En la foto, dos miembros del S.U.F.E.S.A. (Sindicato Único de Fieras Ex Selváticas y Afines) se aprestan a merendarse a esas dos damas que se acercan al lugar de la emboscada totalmente distraídas. Aclaro que tomé la foto e hice mutis por el foro, porque como dicen que no hay dos sin tres...

Vivir en un museo

En medio de la apasionante y fundamental polémica acerca de la fecha fundacional de la tacita de plata -que si fue en el 24, que si fue en el 26- únicamente se me ocurre manifestar mi alegría por el simple hecho de que la realidad es que los montevideanos vivimos en lo que podría definirse como un "museo permanente" o una "galería de arte continua", rodeados de formas y colores que alegran nuestro día a día como una reducción en los impuestos, en fin, casi como.

Confinamiento

Durante todo el tiempo que duró el confinamiento, más o menos estricto, de la pandemia, nos vimos obligados a contemplar el mundo exterior a través de las ventanas de nuestros hogares/refugios, pero afortunadamente, tras superar el obstáculo pudimos volver a la normalidad. Ahora, ya recuperada nuestra autonomía, vemos las cosas como antes, aunque el temor a los siniestros virus ha permanecido de alguna manera enquistado en nuestras mentes y por las dudas, ya que nunca se sabe, ahora nos quedamos puertas  adentro, pero no porque nos fuercen a ello, no, porque queremos. ¿Para qué salir y arriesgarnos? total, para lo que hay que ver ahí afuera...

Sincronía

A veces se dan situaciones como esta, una curiosa sincronía corporal entre mi amigo Felipe, el escritor, y el muchacho durmiendo una siestecita echado sobre unos cartones,afuera del café, a pocos pasos de nosotros. Hay que estar atento, siempre listo, como un boy scout, para capturar el momento que puede durar pocos segundos  pero que esta vez, por suerte lo logré.

Imagen del pasado

En enero la ciudad está desierta. Para recordar cómo era el centro cuando sus habitantes lo recorrían apresurados camino a sus trabajos o compras, aquí va esta imagen del pasado. No se trata de un pasado remoto, como ya se habrán percatado, ¿porqué cuando nos referimos al pasado debería ser acerca de algo ocurrido mucho tiempo atrás? El signo de interrogación que sigue a la palabra "atrás" lo escribí en el pasado, unos segundos en el pasado, pero es lo mismo, ya fue. Quizá sea acertada la postura de quienes  afirman que únicamente existe el presente, creo que debería repasar mis manuales de filosofía.