Con Eduardo Alvariza vamos a visitar a nuestro viejo amigo Elvio Gandolfo, escritor y periodista, que convalece de una operación de urgencia que le hicieron hace algo así como dos meses atrás, no sabría decir con exactitud cuánto hace, el tiempo envejece de prisa, como reza el título del libro de Tabucchi (link). Durante un par de horas charlamos con entusiasmo de los temas de siempre, libros, películas, como lo hacemos (¿hacíamos?) habitualmente en nuestros encuentros en cafés, a la vieja usanza, no somos gente de zoom. Y también estuvo presente, una vez más, mi fiel cámara.
martes, 31 de octubre de 2023
sábado, 28 de octubre de 2023
Sensación incómoda
El hombre repitió una vez más, como un mantra, que tenía la sensación de que alguien estaba a sus espaldas, vigilando cada uno de sus gestos, de sus movimientos. Pero los demás parroquianos, que lo conocían, se burlaron de él y le reiteraron la sugerencia de que no se pusiese paranoico, o iba a terminar como tantos otros, encerrado en "la quinta del reloj" de la calle Vilardebó.
jueves, 26 de octubre de 2023
martes, 24 de octubre de 2023
Ritmo callejero
Lo escuché antes de verlo. Tocaba la batería con dos palillos y varias latas vacías y lo hacía bastante bien y con buen ritmo. Yo iba más allá de la plaza, a encontrarme en un café con unos amigos y le tomé unas cuantas fotos a las prisas. Me quedé pensando que muy probablemente las fotos no habían quedado bien, así que al regreso, como aún estaba allí, dale que dale a sus latas con inagotable entusiasmo juvenil, le tomé algunas más y esta vez me quedaron un poco mejor.
jueves, 19 de octubre de 2023
Circe Maia
Leo en la prensa que la poeta uruguaya Circe Maia acaba de recibir un importante premio en España (link), así que en su homenaje subí esta fotografía que le tomé hace 10 años (hoy ella tiene 91) conversando con mi amigo el escritor Elvio Gandolfo durante una presentación en la Biblioteca Nacional.
viernes, 6 de octubre de 2023
El precio del humo
Cada vez que nos juntamos a charlar en el café con mi amigo Felipe Polleri, el escritor, invariablemente este, ferviente cultor del humo sagrado del tabaco, se ve obligado a salir cada poco rato a realizar su ritual, haga el tiempo que haga. Es admirable su dedicación al mismo, en particular en esos días en que ni los alegres pingüinos que periódicamente visitan nuestras costas en invierno circulan por las calles, desiertas de todo, menos de las gélidas ráfagas del viento que llega del mar, como el del bolero, pero mucho, mucho más frio.
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