Revisión

El conductor parecía preocupado, revisaba su vehículo con cuidado, quizás temiese alguna falla mecánica y como se ve que era una persona responsable, por si acaso extremaba las precauciones.

Penang

El mismo año en que fui a Singapur tomé esta imagen en la isla Penang, en el este de Malaysia. Me gusta, pero no sé bien por qué, quizás porque en cierto modo parece esconder un misterio indescifrable.

Singapur

Esta mañana leía en la prensa digital que en el Uruguay comienzan a mirar hacia Singapur para tomarlo como ejemplo de excelencia a seguir e imitar. Ya era hora, Singapur es una ciudad-estado minúscula apenas más poblada que nuestro país, con el puerto más activo del mundo y muy eficiente en diversas áreas de desarrollo económico. Con todo, confiemos en que no se pretenda imitarlo en todo: también es un estado autoritario que cercena muchas libertades individuales y con un índice de aplicación de la pena de muerte desmesurado para su población de cuatro millones y medio de habitantes.

Vigilancia

¿Nunca han tenido la sensación de que los vigilan y que adondequiera que vayan alguien controla todos sus movimientos? Yo sí, y no estoy refiriéndome a los años en que vivimos en dictadura cuando el seguimiento de civiles -como se sabe, cualquier persona, civil o no, es un riesgo potencial para los dictadores- sino a tiempos más democráticos.
Antes de que argumenten acerca de las ventajas de los tratamientos encefaloeléctricos, del haloperidol u otros chalecos no tan químicos, les digo que tengo pruebas. He aquí una de ellas.

Público

Otra de gente mirando la final contra Paraguay: apiñados en una casi promiscua cercanía, uruguayos de diversas clases sociales y edad variada celebraban por igual lo bien que iba el partido, casi sin sustos.

Identidad

Puede considerarse al sol de la bandera como uno de los símbolos de identidad de los uruguayos, por lo cual esos tres jóvenes que se afanaban a pintarlo en uno de los muros exteriores de la Intendencia durante la final de la Copa América, el domingo que pasó sin pena y con gloria, estaban ayudando, de alguna manera, a reforzarla.

La final

Ayer me di una escapada hasta la explanada municipal a fotografiar a la multitud que se había congregado para ver la final de la Copa América -cuyo resultado ya saben- en una pantalla gigante. Todo el mundo estaba alegre, saltaba, bailaba, gritaba y aplaudía, y hasta había algunos que, como la pareja de la foto, aprovechaban también para besarse.

Zelmar II

Conocí a Michelini en 1971 durante la campaña electoral del Frente Amplio. Muy simpático, siempre me pedía que le transmitiese sus saludos a mi padre, a quien conocía personalmente. Tenía una personalidad avasallante y pronunciaba largos discursos inflamados a una velocidad de vértigo. Daba permanentemente muestras de poseer una inteligencia excepcional, pero a pesar de ese "defecto" era muy querido por todos. En esta ocasión probablemente desperdiciaba sus dotes oratorias en el casi despoblado y más bién indiferente pueblo de Tranqueras, en el norte del país, pero como siempre, lo hacía con elegancia y brillantez.

Zelmar

Anoche tomé esta imagen en 18 de Julio, a la entrada de una exposición que se inaugurará el próximo lunes sobre el Zelmar Michelini. Me pregunto si los jóvenes que pasaban en ese momento por ahí saben quién fue "el Pito" Michelini, emblemática figura de nuestra política, fundador del Frente Amplio y asesinado por la dictadura en Buenos Aires en 1976.

Tango en el corredor

Faltaba poco para que los llamasen para competir en la final del concurso nacional de tango, y bajo la atenta mirada de una pantalla estratégicamente situada, la pareja se puso a ensayar sus pasos de baile en el corredor junto a los camarines, una vez más.

Tropero

Bueno, hoy al menos salió el sol, pero todavía tenemos que abrigarnos, andar casi-casi que de poncho y sombrero, como el paisano de la foto, que estaba en una feria ganadera en Paso Casildo, en el norte de Uruguay.

Lluvia y frío

Ha retornado el frío, revigorizado por vientos australes y los montevideanos, como las demás víctimas meteorológicas de la región, hemos vuelto a cubrirnos de forma apropiada para salir a la calle.
Como dicen que "mal de muchos, consuelo de tontos", acá va esta fotografía de un gauchito emponchado y con aire de estar fastidiado por el aguacero, durante una feria ganadera en el norte del país, hace ya unos cuantos años. Por lo menos en ese momento, como era verano no hacía frío.

Premiado

Siempre me gustó mucho tomar retratos, en especial, de artistas tales como pintores, fotógrafos o escritores. Es una actividad que además de darme la oportunidad de lograr buenas imágenes me permite conocer gente muy interesante. Es el caso del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, premio Alfaguara 2011. Charlamos durante menos de media hora, pero lamenté no haber podido continuar haciéndolo a través de una mesa de café, pues su agenda estaba muy llena y no quise abusar de su amabilidad. Para los interesados, el último (y galardonado) libro de Vásquez es El ruido de las cosas al caer. Aún no lo he leído, pero por lo que me comentó y por reseñas que he visto por ahí, parece ser apasionante.

Planos separados

Podría decirse que los hombres y las mujeres nos movemos, por lo menos en algunos aspectos de la vida, en planos separados. Esos dos montevideanos que se asoleaban en la Rambla Sur parecían, además, estar en compartimientos distintos.

Un solo corazón

Hoy falleció a los 83 años de edad y en arresto domiciliario desde hace tiempo, quien fuera presidente constitucional del Uruguay (1972-73) y luego dictador (1973-76), Juan María Bordaberry. No voy a dar mi opinión personal sobre él, voy a mencionar que tuvo un triste protagonismo durante uno de los períodos más negros del país: la dictadura de 1973-85.

Voy a recordar con esta imagen cuando lo fotografié asomado al balcón de la Casa de Gobierno (es el segundo desde la derecha), saludando junto a Juan Domingo Perón, que llegó de visita (derecha). Bajo medidas de seguridad extremas, un reducido grupo de partidarios de uno u otro coreaba abajo en la plaza "¡Bordaberry, Perón, un solo corazón!".

Pelotas

Para continuar con imágenes relacionadas con el balón, hoy va esta tomada en la antigua población de Cachoeira, cerca de Salvador de Bahía, en el nordeste brasileño. Los niños utilizan dos pelotas, como en el fútbol ¿o es con tres que se juega? nunca me acuerdo...

Fútbol

Este mes parece como si buena parte de la vida de los latinoamericanos girase en torno de la famosa Copa América. Como no me interesa para nada el fútbol (¡horror!), tener que editar diariamente decenas de fotos de conferencias de prensa de futbolistas y entrenamientos me resulta bastante tedioso; estoy convencido de estar pagando con ello graves pecados cometidos en vidas anteriores (mi karma, etc.). Sin embargo, siento mucha simpatía por los que practican deportes, el fútbol incluido, y por esto hoy va esta imagen de un cuadrito de barrio en pleno entrenamiento, como un homenaje a los verdaderos deportistas.

Detrás del telón

Anoche estuve fotografiando la final del certamen nacional de tango en el remozado teatro Solís. Ni qué decir que las parejas que concursaban se movían al ritmo del dos por cuatro estupendamente. Abrió el espectáculo la "Orquesta Típica del Rio de la Plata", en su presentación inaugural, otro placer, esta vez, auditivo. Pero hubo algo que no pude fotografiar, porque casi no se veía -y me habría gustado hacerlo- y eran algunas parejas que ensayaban en la oscuridad una vez más antes de hacerlo ante el jurado o quizás simplemente porque querían calmar su ansiedad. Con esta bailarina solitaria sí lo conseguí.

Sonrisas

La muchacha había salido a dar una vuelta por la rambla y en su camino cosechó un mar de sonrisas. Nada mal como aliciente ¿no?

Déjà vu

La mujer miraba el cuadro con intensidad, tenía la sensación de conocer al personaje de la foto; no sabía de dónde, ni quién era, pero le parecía familiar. Por más que miraba, la imagen permanecía indiferente, sin ceder la respuesta que ella buscaba, lo que le provocaba una insoportable desazón. Frecuentar las exposiciones puede llegar a ser muy angustiante...

Disidente

Todas las demás eran redondas, pero ella no, tenía que dar la nota, marcar su diferencia, adoptar otra forma. Hasta encontró una buena excusa: que a ella no le interesaba ir por tierra sino por el agua y que su nueva geometría era más adecuada. Excusas, creo yo, simplemente quería ser diferente y punto.

Calidez

Ayer de tarde regresaba a casa y al pasar por la explanada municipal me topé con este pequeño concierto de rock. No había mucho público, posiblemente a causa del intenso frío, que aunque no tan abusivo como en los días previos, aún se hace respetar. De todas formas, los músicos y sus espectadores aportaban la única calidez en la fría explanada, siempre abierta a cualquier viento que decida darse una vuelta por el lugar.

El Tribunal

El Supremo Tribunal Extremo en Pleno está reunido para deliberar. ¿Tiene algo que decir en su descargo antes de que sea dictada su sentencia?

El llamado

¡Que pase el siguiente! -tronó la voz desde lo alto, en un tono amable pero que no admitía réplica ni demoras.

Obediente, el número 17 comenzó el ascenso por la estrecha escalera de caracol y en pocos segundos lo perdí de vista. Me quedé esperando, con una extraña mezcla de temor y curiosidad, a que la voz me llamase a mí a continuación, pero eso no sucedió porque me desperté y me encontré de nuevo en el mundo real...o quizás en el irreal, ya no estoy tan seguro.

Paris V

Hace algún tiempo un colega francés me comentaba acerca de los problemas que hay actualmente en Francia para fotografiar a la gente en lugares públicos, debido a lo que me parece que es un exagerado sentido de la privacidad. Y quiero recalcar claramente lo de "lugares públicos". Por esa causa, es posible que, paradojalmente, en el país que dió tantos grandes fotógrafos callejeros como Cartier-Bresson, Izis, Doisneau, Kertész y muchos otros, hoy en día ya no se pueda apuntar impunemente la cámara hacia nadie ni nada -los edificios son otra fuente de discordia- y haya que dedicarse a fotografiar naturalezas muertas o a tomar imágenes en estudio para evitar litigios.

Paris IV

Los franceses tienen muy acentuada la percepción de sus pasadas grandezas, por lo que los monumentos imponentes abundan para dar fe de ello. Una visita al Panthéon -un edificio imponente- puede ilustrar lo que digo, y si no es suficiente, basta con escuchar las palabras del guía para comprender, de una vez por todas y para siempre, que los que estamos fuera del "hexágono" en realidad no somos nada.

Paris III

Por supuesto que Paris no sería lo mismo sin sus cafés; los hay por todas partes y para todos los gustos y edades. En algunos de ellos, el precio más alto que hay que pagar no es el de la consumición, sino el tener que soportar a los mozos, pero por lo general el esfuerzo vale la pena.

Paris II

Ah, Paris...con su vieja y grandiosa arquitectura, el Sena, con sus elegantes y sensuales mujeres, poco menos que surgidas de alguno de los tomos de las memorias de Proust, asoleándose en sus márgenes...¡Oh la-la, magnifique!

Paris

Y ya que estoy con París, diré que conservo los mejores recuerdos de la primera vez que fui, en 1978. Estuve más de tres meses cursando una especialidad en medicina y tenía mucho tiempo libre, que aproveché para recorrer la ciudad al azar, de "flâner", como se dice en francés, disparando mis cámaras a diestra y siniestra. Y por supuesto que también recuerdo los emparedados de camembert con vino tinto que despaché sentado con toda calma a orillas del Sena, como los dos de la foto. Aún se me hace agua la boca sólo con pensar en ello...

Paris

Es como un pedacito de Paris -del Paris viejo, el de la periferia- en la Ciudad Vieja, junto al Mercado del Puerto. Ese viejo edificio ya estuvo en peor estado, pero de todas formas, los vidrios rotos en esos peculiares balcones, quedan tan fuera de lugar como el negro intersticio que deja la ausencia de un diente en una sonrisa.

Precoz

Con su look unisex, no sabría decir si era "pequeño" o "pequeña", pero el caso es que cuando pasé de camino de la agencia allí estaba, ocupado/a escoba en mano, barriendo la calle con entusiasmo. Es posible que fuera una personita que ya muestra precoces signos de prolijidad, aunque sospecho que más bien era que los padres le habían sugerido esa tarea para mantenerlo/a entretenido/a.