martes, 30 de junio de 2015
Instalación
lunes, 29 de junio de 2015
Y más de ajedrez
Otros ajedrecistas en el centro, un espectáculo que siempre me agrada ver. Alguno de estos caballeros, por lo que se ve, debe de estar amenizándose una pausa en el trabajo. Bravo por él, ¡vamo arriba con el ajedrez, vamo!
domingo, 28 de junio de 2015
Atroz
viernes, 26 de junio de 2015
Cada uno en lo suyo
¡Es terrible, una verdadera vergüenza, traidores! Todo el país llorando la eliminación de la Copa (¿Cómo, "qué Copa"?) y estos señores como si nada, dale que dale con su escaque y sus trebejos, con relojito y todo, indiferentes al sufrimiento que embarga a todos sus conciudadanos (todos, bueno, en fin...). Deberían deportarlos en la Barca Puig (link). ¡Ah, si estuviese el Pepe!...
jueves, 25 de junio de 2015
Mudanza
Al final ocurrió lo inevitable y el Sorocabana tuvo que irse a otra parte con armas y bagajes. En 1992 se mudó a un local bastante más pequeño en la calle Yi, a media cuadra de 18 de Julio. Trataron de conservar el aire decadente del original y al mismo tiempo ampliar la oferta "cultural", con espectáculos musicales y exposiciones de pintura y dibujo, entre otras cosas. En la foto, un cantante de tango entretiene a los clientes.
miércoles, 24 de junio de 2015
Como antes
martes, 23 de junio de 2015
Nuevos clientes
En el convalesciente Sorocabana comenzaron a verse algunas caras nuevas, a los personajes de la foto, por ejemplo, yo nunca los había visto, o quizás eran viejos clientes que reaparecían. Pero el gato blanco junto a la ventana estoy seguro de que no había sido nunca un cliente asiduo.
domingo, 21 de junio de 2015
Buscando apoyo
sábado, 20 de junio de 2015
Renovarse es necesario
viernes, 19 de junio de 2015
Desdibujándose
Una vez reparados los daños causados por el incendio, durante un tiempo el café continuó funcionando como antes. En apariencia, sin embargo, pues a medida que los peligros se iban perfilando como nubes de tormenta en el horizonte, sus viejos clientes, aunque totalmente ajenos a ello, comenzaron a desdibujarse poco a poco, a tornarse translúcidos, como presagiando su inexorable desaparición junto a su amado Soro.
miércoles, 17 de junio de 2015
Después del incendio
martes, 16 de junio de 2015
Todos los fuegos, el fuego
En febrero de 1986, cuando retorné a casa tras varias semanas en el mar, me recibió la triste noticia de que el Sorocabana se había incendiado una noche y estaba parcialmente destruido. Poco tiempo después, empero y para alegría y respiro de sus fieles clientes, volvió a abrir sus puertas. Pero ya estaba herido de muerte; al daño provocado por las llamas, que después de todo no fue para tanto, se le añadió una amenaza aún más terrible. El dueño del local, vencido el contrato con la administración del café, exigió para renovarlo un alquiler muy superior al que podían pagar. La suerte del Soro estaba echada.
lunes, 15 de junio de 2015
Textura náutica
Ayer por la tarde salimos a caminar un rato por la rambla de Piriápolis aprovechando la presencia (tímida) del sol y la gentil moderación del viento y al llegar al puerto, nos estaba esperando el casco de una vieja embarcación, emperifollada y esperando a que le tomase unas fotos. Aquí va una de ellas.
domingo, 14 de junio de 2015
Demasiado
Ayer, como cada sábado en que estamos en Piriápolis, fuimos a la feria a comprar algo de fruta, queso y otras necesidades materiales inmediatas. Mientras charlábamos con el amigo que nos vende la miel, vi de pronto una escena que me confundió. Algo más allá de donde estábamos había una curiosa confusión de piernas, torsos e incluso uno que otro fragmento de un cuerpo humano en movimiento. A veces pienso que Piriápolis puede llegar a ser un lugar muy extraño por momentos...
sábado, 13 de junio de 2015
El visitante de la noche
Anoche, recién acabábamos de llegar a Piriápolis, serían las dos y pico de la madrugada y aún estábamos descargando nuestros escasos bolsos, cuando hizo su aparición, como es habitual, uno de los perros de un vecino cercano. Contento de que le animásemos la noche, Blackberry anduvo husmeando en la vuelta, se echó en dos o tres lugares para disimular y apenas nos distrajimos, pasó a ocupar el futón, del cual costó un poco sacarlo. Me hizo acordar del film "Les visiteurs du soir"(Los visitantes de la noche, link), aunque en este caso nuestro pequeño amigo no opuso demasiada resistencia y se resignó al desalojo.
viernes, 12 de junio de 2015
Poniéndose al día
El caballero de esta imagen se estaba poniendo al día con las noticias (bueno, ponerse al día es un decir, estábamos en plena dictadura e imperaba la censura noticiosa). Leía un diario hoy extinto, "El Diario", antes conocido como "El Diario de la Noche", porque salía de tarde, al anochecer.
miércoles, 10 de junio de 2015
Corrección
Cuando tomé la foto nadie soñaba siquiera con que un día fumar en lugares públicos o colectivos estaría prohibido o al menos considerado políticamente incorrecto. Ajeno a ese ominoso (para él) futuro, el señor disfrutaba de su pipa con toda calma.
martes, 9 de junio de 2015
En el Soro
Un plano algo más general del Soro apuntando hacia la entrada de 18 de Julio para mostrar el ambiente.
lunes, 8 de junio de 2015
Parejas
Aunque no era frecuente, a veces iban parejas al Soro, posiblemete a instancias de los maridos o acmpañantes masculinos, que arrastraban a sus esposas a ese antro de machismo cafetero mal disimulado.
sábado, 6 de junio de 2015
Croissants
No había muchas opciones gastronómicas para acompañar el café, o el café con leche, en el Sorocabana. Lo mejor, sin dudas, era la porción de medialunas, o "porción", simplemente, croissants de manteca pintados con jalea. Aún se me hace agua la boca al recordar los magníficos cafés con leche con medialunas que amenizaron mis tardes de invierno en el Soro.
viernes, 5 de junio de 2015
Marosa en el Sorocabana
Una clienta regular del Sorocabana era la poeta Marosa di Giorgio (link), que siempre andaba leyendo algún libro y a veces usando unos graciosos anteojos con una montura muy de moda en los años cincuenta o sesenta que ya a inicios de los ochenta nos parecían demodés.
miércoles, 3 de junio de 2015
En Santa María
A medida que caía la noche, la clientela del Soro iba cambiando y las luces de la plaza se hacían notar a través de los ventanales, uno se iba sintiendo progresivamente transportado a la Santa María de Onetti.
lunes, 1 de junio de 2015
Democrático
El Sorocabana, a su manera, cumplía con el ideal democrático e igualitario que nos es (¿era?) tan caro a los uruguayos. El cliente de la larga gabardina era nada menos que el cuidacoches de la zona, a quien ya he citado en este blog (link) y que entre cuidada y cuidada se metía en el café a calentarse las tripas con un café. Políticos, intelectuales, artistas, ciudadanos de a pie como yo y hasta humildes cuidacoches se contaban entre sus clientes regulares.
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