lunes, 1 de junio de 2015

Democrático


El Sorocabana, a su manera, cumplía con el ideal democrático e igualitario que nos es (¿era?) tan caro a los uruguayos. El cliente de la larga gabardina era nada menos que el cuidacoches de la zona, a quien ya he citado en este blog (link) y que entre cuidada y cuidada se metía en el café a calentarse las tripas con un café. Políticos, intelectuales, artistas, ciudadanos de a pie como yo y hasta humildes cuidacoches se contaban entre sus clientes regulares.