El hombre estaba ausente en medio del ajetreo, metido en su libro, quién sabe por dónde andaría...
jueves, 30 de septiembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Desenfocados
Cuando vió al tigre, la niña se puso fuera de foco del susto, pero rápidamente se repuso y puesto que el animal también parecía estar algo borroso, tomó su cámara y lo encuadró con ella. Entonces lo pudo ver bien nítido, en todo su temible esplendor. A veces la cámara puede ayudarnos a ver un poco mejor el mundo que nos rodea.
martes, 28 de septiembre de 2010
Impaciente
lunes, 27 de septiembre de 2010
Desconcertados
domingo, 26 de septiembre de 2010
Extraños
Iba camino al trabajo cuando me crucé con ellos. Estaban sentados al sol, probablemente eran un elfo y un gnomo o gnoma. No me vieron, por suerte, pues no sé cómo podrían haber reaccionado. El caso es que me apresuré a dejarlos atrás para ir a refugiarme en la seguridad de la agencia, donde todo, pese a lo que muchos puedan suponer, es siempre relativamente previsible.
sábado, 25 de septiembre de 2010
Osados
Hace tres días, mientras tomaba esta foto, me acordé de pronto de una película que vi cuando era niño, sobre la vida del escritor danés Hans Christian Andersen, conocido fundamentalmente por sus cuentos infantiles. En ella Andersen, durante uno de sus viajes, era detenido por la policía local por sentarse a descansar en el pedestal de un monumento a algún personaje importante. No quiero ni pensar en lo que le habría pasado a la parejita de la foto en similares circunstancias...
viernes, 24 de septiembre de 2010
Vigilancia
Esta tarde, antes de venir a la agencia, visité el Museo de Historia del Arte y de Arte Precolombino y C0lonial en el edificio de la Intendencia, al que no entraba desde hacía años. Me llevé una agradable sorpresa, ahora tiene varias secciones: Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma, América Precolombina...todo bien iluminado y presentado, una verdadera fiesta. Mientras lo recorría apresaduradamente -prometo volver con calma- reconocí muchas de las piezas expuestas, copias de otras que viera en sus emplazamientos originales allende los mares. Como se trata de reproducciones, a uno no lo andan fastidiando con eso de la seguridad, al punto de que los empleados estaban descontraídos y los monitores de vigilancia apagados. Eso sí, me parece que el griego o romano ese, a la izquierda, me estaba espiando discretamente y no se perdía detalle de mis movimientos. Un verdadero paranoico.
jueves, 23 de septiembre de 2010
El cuarto Estado
Ayer descubrí esta reproducción del El cuarto Estado, del pintor ottocentista italiano Giovanni Pellizza da Volpedo, escondida en un barrio alejado del centro de la tacita de plata. Es una obra, como todos saben, infinitamente reproducida en todas partes para representar a los trabajadores. Me quedé pensando si su autor, que murió antes de cumplir los cuarenta años, a principios del siglo XX, habrá alguna vez sospechado, siquiera, la repercusión que llegó a tener esta pintura suya. También estuve a punto de preguntarle a la señora de la escoba, que por momentos parecía querer meterse dentro de la misma y marchar junto con los demás, si sabía algo al respecto. Desde que el artista pintó esa obra ha corrido mucha agua bajo los puentes y la situación de los trabajadores ha cambiado bastante; pero no en todo ni en todas partes; todavía les queda mucho camino por recorrer a los personajes del cuadro.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Librería
Es una pequeña, muy pequeña, librería de libros usados situada en el interior de una galería en el centro. Hay tantos libros que el espacio que queda para circular es muy reducido y no creo que entren más de dos clientes a la vez. Sin embargo, se la han arreglado para que haya -estratégicamente ubicado- hasta un televisor, por si en algún momento la lectura continuada llegase a aburrir. Supongo que la falta de espacio está de alguna manera compensada por aquello de que el saber no ocupa lugar...
martes, 21 de septiembre de 2010
Recurso
Cuando a causa de la época del año o de la hora la ciudad se pone melancólica y gris, siempre queda un último recurso: reemplazar la realidad por una virtualidad colorida y variada. Esas ventanas expuestas en la plaza, por ejemplo, nos permiten asomarnos a otros mundos más luminosos e idílicos. En realidad, hay para todos los gustos y no se conforma el que no quiere...
lunes, 20 de septiembre de 2010
Coqueto
A medida que iba cayendo la noche, el baile se iba poniendo cada vez mejor. Elegantemente vestido con saco, camisa y corbata y luciendo un sombrero -un "chambergo- como los de antaño, el bailarín comenzó a aprontarse mentalmente para salir a darle a los demás una demostración de lo que podía hacer un tanguero de ley con sus piernas sobre una pista de baile, aunque ésta estuviese en medio de la plaza. ¿Acaso los primeros tangos no se bailaban en pisos de tierra? Bueno, en fin, también se bailaban entre hombres, pero es mejor dejar eso de lado...
Del bolsillo superior de su saco extrajo un juvenil peine verde y se acomodó la patilla con disimulo. Estaba pronto para la fiesta.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Tangazos
Son como las golondrinas, comienzan a aparecer cuando llega la primavera. Los entusiastas del tres por cuatro no esperan siquiera a que haga un poco más de calor. No bien los días aceptan dejar de lado la compañía de los fríos asesinos de ancianos, se abrigan y uno puede verlos allí sentaditos: ellas esperando a que algún caballero "de los de antes" las convide a sacarle juntos brillo a las baldosas de la plaza, y ellos, juntando coraje para invitarlas y para movilizar la osamenta. Tomé esta imagen mientras algunas parejas revoloteaban con los inmortales compases de La Cumparsita.
sábado, 18 de septiembre de 2010
Pachanga
viernes, 17 de septiembre de 2010
Indecisión
jueves, 16 de septiembre de 2010
De ensueño
Anteayer pasé por esa obra de demolición y pensé que tenía que apurarme antes de que la "topadora fatal del progreso¨acabara con el mural. Me acordaba bien de él; estaba en un bar viejo y modesto en el que solía comer gente muy pobre de la zona, como los cuida coches, que se sentaban solos bajo ese paisaje pretendidamente idílico a encarar su modesto plato de comida en silencio. Hoy el bar ya no existe, ha sido devorado por la ciudad en constante cambio y lamento no haber tomado nunca una foto de su interior cuando aún estaba vivo.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
En la feria del Parque Rodó
Los domingos por la mañana, sagrado día de descanso para los que pertenecemos a la civilización judeo-cristiana, al menos -porque si bien los judíos tienen su shabbat, como son personas respetuosas, también descansan -la gente suele hacer cosas diversas. Algunos duermen, otros van a misa, o llevan a los niños al baby fútbol, o se van a alguna feria, como la del Parque Rodó, bien equipados con su mate, el celular -por las dudas- y algo para hacer boca. También están los que aguardan pacientemente en sus puestos leyendo el diario a que los veleidosos clientes se dignen a aparecer.
martes, 14 de septiembre de 2010
Arrogantes
Eran unos arrogantes: se habían desnudado sin ningún tipo de pudor en plena avenida 18 de Julio para exhibir jactanciosamente sus bien marcados músculos y la blancura de su piel. Allí estaban, pavoneándose en la vidriera como si tal cosa, esforzándose en avergonzar a los transeúntes que pasaban y que eran, hay que reconocerlo, mayoritariamente poseedores de unos músculos bastante más fláccidos o decididamente más viejos. Pero no me impresionan mucho, de todos modos, estoy convencido de que eran pura pose.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Fiestita
domingo, 12 de septiembre de 2010
Imitador
Este mediodía, o más bien, algo después, volvíamos del Parque Rodó y al pasar frente a esa fábrica de pastas vimos esta escena. Seguramente inspirado por el gaucho que mangia la pasta, como buen gaucho italiano, el joven sentado junto al árbol se zampaba un buen plato de spaghetti o ravioli (en esa fábrica hacen unas cosas muy sabrosas). Lo que no pude saber, porque nos fuimos antes de que terminasen, es si al acabar de comer el paisano se fue montado en su caballo y el joven en una de esas motos, o viceversa.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Advertencia
Sé de un cierto pequeño jardín, oculto tras un alto muro en una vieja casa del barrio Palermo, cuya entrada está clausurada por un portón de rejas a la cual le han adosado una oxidada chapa metálica para ocultar su interior de las miradas indiscretas. He oído decir que una vez traspuesto ese portón, el jardín luce inmenso y está poblado de plantas exóticas, entre las cuales circulan, en total libertad, pequeños seres desconocidos e indiferentes. También me han confiado, entre temerosos susurros, que ese jardín de maravillas está custodiado por un tenebroso ser primordial, una suerte de dragón implacable, y que pocos han logrado entrar en el vergel y volver a salir para contarlo. Pero también se dice, aunque sea difícil confirmarlo, que esos escasos seres elegidos, han vuelto cambiados y que en sus rostros luce la sonrisa de quien ha comprendido y está más allá de todo para siempre.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Vacío
Un parque de diversiones sin público es como una promesa incumplida, como un juguete sin niño, pero quizás por eso mismo tiene un encanto especial, porque todo puede darse en el terreno de las posibilidades. El Parque Rodó en Montevideo es modesto y cuando está en plena actividad no parece gran cosa comparado con otros. Pero cuando descansa es como una ballena varada en la costa, que uno perfectamente puede imaginar nadando libre por mares insondables.
jueves, 9 de septiembre de 2010
Ello
Llegué a la curva del Parque Rodó, frente al río-como-mar y allí estaba, en silencio, una presencia ligeramente ominosa. En un primer momento lo tomé por un crucificado, pero de inmediato noté la raída alfombra roja a sus pies, parcialmente cubierta por la arena escapada de la playa, y el pequeño parlante a su lado, como para vocear su mensaje, y lo comprendí todo. Me hallaba frente a un Ser Primordial, escapado de una novela de Lovecraft, en permanente acecho. Tenía escrito su impostergable mensaje en lo que vendría a ser su tórax, pero afortunadamente estaba en alguna lengua olvidada y era un galimatías absolutamente incomprensible, y eso me salvó. Huí despavorido y ahora emito el correspondiente aviso a los caminantes: ese ello sigue allí, a la espera, no quiero siquiera imaginar lo que puede ocurrir cuando cae la noche.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Atuendos
No tengo nada que decir respecto a la forma en que se visten los demás, cada cual es dueño de hacer lo que le plazca. Pero no puede menos que llamarme la atención el atuendo de la persona de la foto (¿hombre, mujer, ni uno ni otra?), especialmente para pasearse por nuestra principal avenida, que no es la Quinta, sino la Dieciocho. En fin, lo que es moda no incomoda, él, ella, ello, sabrá...
martes, 7 de septiembre de 2010
El mundo real
¿Porqué no se podrán ver las cosas del otro lado como en el mundo real, nítidas y con buenos colores?- se preguntó la pantalla, mientras miraba pasar un desfile interminable de formas borrosas y de aspecto fantasmal. Pensó unos momentos en eso y luego pasó a ocuparse de otra cosa, satisfecha de si misma, apoyada confortablemente sobre su pedestal, adecuadamente alimentada por la confiable red eléctrica.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Gestos comunes
No bien se despertó, el domingo por la mañana, tras desperezarse y echar una mirada exenta de curiosidad a su alrededor, el hombre encendió la radio y sintonizó las noticias. Ese gesto casual y común lo llevó a cabo un desabrigado, un hombre maduro que desde hace años duerme allí, o muy cerca. Pide limosna y pasa gran parte el día acostado en ese lugar, como si hubiese echado raíces. Pero también escucha la radio, como cualquiera. ¿Habrá publicidad radial específica para los linyeras?
domingo, 5 de septiembre de 2010
Viento en popa
Esta mañana, mientras caminaba hacia la agencia, descubrí a este barquito, que viento en popa, a toda vela, partía hacia mares lejanos. Alternativamente, los que llegaron tarde y perdieron el embarque -ayer fue sábado y por la noche muchos se fueron de juerga- pueden sentarse a la mesa del bar/café y desayunar al solcito.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Por el aire
Siempre me intrigaron esas zapatillas de goma que aparecen colgadas en medio de la calle en algunos puntos de la ciudad. La leyenda urbana dice que se trata de avisos puestos por los narcos locales para avisarle a su distinguida clientela que ha llegado una nueva partida de lo que sea que venden. No sé, me parece complicado. ¿Qué hacen cuando se les agota la droga entonces, llaman a los bomberos para pedirles una escalera y bajarlos? ¿Porqué no puede ser una forma de arte re-posmoderno, ahora que pareciera ser que todo vale? De lo que estoy seguro es que si los dueños del calzado "pusieron los zapatitos" para los reyes, lo hicieron como seis meses antes.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Mal tiempo
Anoche atravesaba la Plaza Independencia bajo la lluvia y se me ocurrió tomar una imagen de los reflejos en el agua. Me refugié bajo una palmera para desenfundar la cámara y luego me di cuenta de que tendría que haberme puesto del otro lado del tronco, a sotavento, donde mojaba menos. No tuve en en cuenta la experiencia de mis años de marino, uno nunca aprende, no hay caso.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Otros tiempos
Cuando mi abuelo estudiaba en la facultad de Medicina, viajaba desde el interior hacia la capital en diligencia y en tren. Cuando yo estaba en la escuela aparecieron los primeros bolígrafos, las primeras calculadoras electrónicas, las radios a transistores y muchas otras novedades que hoy son moneda corriente. Ya era bastante crecidito cuando llegaron las primeras computadoras personales, a inicios de los ochenta. Me pregunto qué reflexiones hará cuando sea adulto, siguiendo una línea de pensamiento similar, ese niño que se conecta con internet desde la calle con su computadora XO, parte de su material de estudio reglamentario en las escuelas públicas uruguayas.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
¡Ufa!..
Suscribirse a:
Entradas (Atom)