En medio de la apasionante y fundamental polémica acerca de la fecha fundacional de la tacita de plata -que si fue en el 24, que si fue en el 26- únicamente se me ocurre manifestar mi alegría por el simple hecho de que la realidad es que los montevideanos vivimos en lo que podría definirse como un "museo permanente" o una "galería de arte continua", rodeados de formas y colores que alegran nuestro día a día como una reducción en los impuestos, en fin, casi como.