Por fin...las cosas no podían continuar para siempre tal como estaban, en algún momento todo se iba a tener que arreglar, a mejorar... Iba por ahí, ya ni recuerdo por dónde, enfrascado, o más que enfrascado, embotellado en mis acuciantes problemas, cuando surgió, de la nada, esa alma caritativa que, haciendo gala de una generosidad insospechada, se ofreció a ayudarme a solucionar mis embrollos. Y yo, que ya desesperaba de recibir ayuda, como dicen que "a la oportunidad la pintan calva", sin pensarlo me "lancé al agua" (es un decir) y decidí "tomar el toro por los cuernos" (curioso, ¿no?). También dicen algo respecto a "agarrar al tigre por la cola", pero no recuerdo bien en qué contexto. El caso es que decidí aceptar y salió todo mejor de lo que esperaba, la única molestia fue tener que pincharme la yema del índice de la mano izquierda unas cuantas veces para mojar la pluma con la que firmé el contrato de aceptación. Ahora ya está, únicamente me resta aguardar los primeros resultados de mi trato. Estoy tan ilusionado...