sábado, 4 de abril de 2020

Un viaje a la India-7


Udaipur-2



Voy al templo hinduista de Jagdish, al que se accede por una escalinata muy empinada bordeada de sadhus (1) de aspecto muy digno que no parecen fijarse en los fieles que suben o bajan los escalones a su lado. Pero de pronto se me acerca uno de ellos, de taparrabos naranja, luenga barba blanca y la cara pintarrajeada. Supongo que pide limosna y le doy unas monedas y me alejo, pero a los pocos minutos me aborda nuevamente y me extiende una moneda de dos francos suizos. Pienso que quizás alguien me la haya a mí por error y yo a él  y esbozo una excusa, pero un fiel me ayuda con la traducción y me explica que dice que el santón me ofrece cambiármela por 30 rupias, bastante menos del precio, en realidad.  Por un momento me lo imagino entrando a un banco o a una casa de cambio.
En mi recorrida por el barrio paso frente a un hotel con algunos carteles en sus paredes que informan que está "Recomendado por  (la guía) Lonely Planet" y que "Proyectamos Octopussy todos los días a las 7 p.m.


Las escalinatas del templo de Jagdish

Las calles están muy sucias. La gente tira la basura desde las casas, a veces sin fijarse en los que pasan, luego vienen unas mujeres, a veces algún hombre, con una escobita de mano y las van barriendo en cuclillas, levantando polvo para todos lados. Es triste de ver desperdicios por todas partes, a veces sirviendo de alimento para las veneradas vacas, que a su vez lo agradecen regando generosamente el entorno con su boñiga, que resulta dificil no pisar en algún momento de descuido. 



Espero que el hombre no lleve a la pequeña a ofrendársela a los tigres

Aquí, como en el resto del país,  las sagradas vacas hacen lo que quieren

Estas simpáticas señoras realizaban pequeños adornos para celebrar el Diwali con bosta de vaca.