Como todos los 2 de febrero, en las playas montevideanas se lleva a cabo la celebración afroamericana de Iemanjá, a Rainha do Mar. Cuando puedo me doy una vuelta, siempre por la periferia del acontecimiento, de una forma en cierto modo anti-periodística, pero que es como me gusta. Vengo haciéndolo desde mediados de los ochenta, cuando la fiesta comenzó a tomar auge. Con un poco de suerte pueden pescarse peces diferentes cada vez y salir así de lo trillado.