domingo, 1 de febrero de 2015

Tentaciones

La ciudad es peligrosa, siempre llena de tentaciones más o menos ocultas, más o menos subliminales, para el alma simple e ingenua. Por suerte abundan los predicadores de las santa virtud de la moderación y temperanza, quienes que mediante sus habituales filípicas contra el desenfreno ayudan a reencausar a los descarriados, llevándolos mansamente cual corderos pascuales al redil de los iluminados.