sábado, 5 de julio de 2014

Artigas XIII



Como si no hubiesen sido suficientes los azarosos momentos por los que nuestro prócer tuvo que pasar, me refiero a los problemas con los godos, primero y con la Junta de Buenos Aires y los lusitanos después, resulta que ahí lo pusieron, contra la pared y con un candelabro de Damocles encima de la cabeza...¡pero mire usted que hay gente desconsiderada por estos mundos!..