viernes, 4 de julio de 2014

Artigas XII

Y allí estaba nuestro prócer, de pie, día y noche, en la entrada principal de esa mole sanitaria de otros tiempos que es el Hospital de Clínicas, como un varita dirigiendo el tránsito o, lo que sería aún peor, como un guardia de una compañía de seguridad privada, ¿hay derecho?