sábado, 28 de diciembre de 2013

Penang

Estoy en Piriápolis, pero hoy no tomé fotos: fui a la feria, anduve en bicicleta y nadé, pero nada de oprimir el obturador. Por eso acudí a mi inefable archivo en busca de una imagen que me saltase a  los ojos como un llamador y encontré ésta, tomada en la isla de Penang, en el extremo oeste de la península malaya, y que me agrada por su misterio y su ambigüedad. Ambigüedad que desaparecería de inmediato si revelase lo que es, pero de eso se trata, de seleccionar algo en el recuadro de la cámara, fijarlo en la plata de la película o en esquivos electrones, para que posteriormente el espectador descubra qué es lo que le comunica, como si fuese una lámina más del test de Rorschach.