Esta tarde de domingo juliano llueve y hace frío, "¿qué más se puede pedir?" -exclamó el pingüino con indisimulado entusiasmo. Una tarde muy apropiada para ver caer la lluvia desde el confortable interior de un café, leyendo un diario o un buen libro, pienso yo, que de pingüino no tengo ni siquiera el traje en mi guardarropa.
domingo, 18 de julio de 2010
Tarde de domingo
Esta tarde de domingo juliano llueve y hace frío, "¿qué más se puede pedir?" -exclamó el pingüino con indisimulado entusiasmo. Una tarde muy apropiada para ver caer la lluvia desde el confortable interior de un café, leyendo un diario o un buen libro, pienso yo, que de pingüino no tengo ni siquiera el traje en mi guardarropa.