Anoche, estando de guardia en la agencia, noté que mi compañera E. exhibía un comportamiento que podría tildar, cuanto menos, de curioso. Se lo hice notar y arremetió con una confusa explicación acerca de las maneras sutiles y subliminales de aprender, dijo que ese libro era un diccionario y demás argumentos que no me convencieron. Me pareció todo bastante raro, así que le dije que me parecía que debería tomarse un descansito, seguramente ha estado trabajando de más últimamente.