lunes, 5 de abril de 2010

El gato

Ya cae la noche sobre la ciudad y el felino se apresta, con visible impaciencia, a recomenzar sus recorridas por las bajas azoteas del barrio, en busca de eventuales compañeros -o compañeras- de andanzas, o de malignos roedores a los cuales perseguir y destruir, sin saña, apenas con la eficiencia profesional de siempre, librando así a los humanos que habitan las viejas casas de su presencia pestífera. Un pequeño superhéroe más de las sombras, no siempre reconocido en su justa medida por aquellos que se benefician de su inquebrantable vigilancia.