martes, 6 de abril de 2010

Frialdad

Estaba tomando una serie de fotografías sobre comida italiana en el Uruguay para la revista del diario milanés Il Sole 24 Ore y me tocó ir a registrar la comilona mensual de los miembros de la Società Italiana La Paz, en la pequeña localidad de La Paz, a unos pocos kilómetros de Montevideo.
La joven cantante había sido contratada para animar el almuerzo y se esforzaba para lograrlo, pero cuando sirvieron la raviolada, todos se abalanzaron sobre la comida antes de que se enfriase, estábamos en agosto, olvidándose momentáneamente de la pobre artista. Como sé lo que significa tener, cada tanto, la sensación de que a nadie le interesa mucho lo que uno hace, me sentí inmediatamente identificado con ella.