
Un día pasé frente a un local que vendía trajes de novia -creo que sigue estando en el mismo lugar- y vi a ese joven, que tendría más o menos la misma edad que yo, mirando la vitrina con cara de estar dudando, no sé si sobre el traje, o sobre el casamiento en sí,
La situación me pareció divertida, en especial porque por aquel entonces yo mismo no tenía ni la más remota idea de casarme. Habría que preguntarle a él, después de todos estos años, qué fue lo que finalmente ocurrió y cómo le fue, para saber si la escena me sigue pareciendo tan graciosa como entonces.