miércoles, 2 de septiembre de 2009

Argonauta

Los fotógrafos -o al menos algunos fotógrafos- solemos recorrer periódicamente nuestros archivos para encontrar similitudes, tendencias o para volver a ver las imágenes con otros ojos y quizás redescubrirlas.
En 1986, mientras trabajaba a bordo de un barco noruego, el Flexservice I, en aguas brasileñas, con una pequeña cámara que llevaba conmigo para no sentirme desnudo, registré el anodino paisaje que se ofrecía a mis ojos mientras descansaba en cubierta al finalizar mis doce horas de guardia diarias.
Doce años después, mientras navegaba como carga ociosa en un confortable crucero por el Nilo, aprovechando la coyuntura ofrecida por la casi total ausencia de turistas extranjeros ocurrida tras el terrible atentado de Luxor, que tornaba accesible a mi modesto presupuesto ese recorrido en un hotel flotante de cinco estrellas, tomé una foto similar.
Otro barco, otro paisaje, diferente situación, los pies de la misma persona, pero una persona diferente, que hacía otras cosas, quería otras cosas, lo único constante es el cambio.