
Venían al son de la música y preguntando nos enteramos de que dentro de la caja decorada y cerrada con un candado que llevaba a lomos la mula iba una recién desposada. La costumbre del lugar indicaba que una vez finalizada la ceremonia, la joven debía ser transportada de ese modo desde la casa de sus padres a su nuevo hogar. Allí le entregarían a su flamante esposo la llave para que liberase a su mujer de su encierro y así dar inicio a su nueva vida juntos. Alguna gente que conozco diría, con malicia y quizás no sin razón, que la joven entonces saldría de su encierro ritual para adentrarse en otro más penoso y prolongado, pues la vida del ama de casa no es cosa fácil.