
Ciudadanos chinos visitando el Memorial de Nankin pasan junto a impresiones de los pies de sobrevivientes de la matanza de 1937, cuando soldados del ejército imperial japonés masacraron cerca de 300.000 civiles indefensos en menos de un mes y medio.
Las autoridades japonesas jamás se disculparon por el hecho, es fácil comprender los sentimientos que aún hoy albergan los chinos al respecto.