Siluetas recortándose en el atardecer en la rambla de Piriápolis, hace un par de semanas, un anticipo de lo que podemos esperar en los próximos meses, si todo va como habitualmente y el señor Putin, los Iraníes y cualquiera de los demás involucrados no deciden unilateralmente acabar con todo de una buena vez, toquemos madera.