lunes, 8 de julio de 2024

Sonrisas de una tarde de invierno II

Aunque nuestro país no es muy religioso que digamos y ni que hablar de que en el panteón de deidades no estamos ni cerca de las más de dos mil que tiene la India, por decir algo, alguna que otra hay. A pocos metros de la sonrisa de la entrada de ayer, por ejemplo y orientada exactamente en el otro sentido, la blanca dentadura de uno de nuestros dioses paganos parece dispuesta a acompañar a quien ocupe esa pequeña mesa colocada en la vereda para acoger a los eventuales fieles. Cuando tomé esta foto no había nadie, supongo que porque todos se habrían ido a curiosear alrededor de una banda de pingüinos que acababa de llegar de visita desde las regiones australes y se paseaban orondos en la vuelta.