Como si no bastase con la ominosa y creciente presencia de la inteligencia artificial en nuestras vidas, las autoridades municipales han añadido una nueva amenaza: los inspectores de hierro. Tratando -en vano- de camuflarse en medio de la ciudad, mi cámara captó este grupo de sólidos prohibicionistas con patente aprestándose a salir a hacernos la vida más complicada con sus imposiciones. ¡Qué difícil es la vida del insignificante habitante de las modernas polis!..