Se acerca la final de la Copa del Mundo y aunque ya en nuestro país el fervor patriótico-futbolístico quedó muy disminuido por los hechos de público conocimiento, para los verdaderos aficionados la cosa aún no ha concluido. Pero pronto el interés popular volverá a posarse sobre el precio de los tomate y las frutillas, entre otras necesidades más pedestres y la vida retomará su cauce normal.