Situado en las afueras de Lhasa, la capital de la Región Autónoma del Tibet, en China, el monasterio Sera continúa siendo, junto al monasterio Drepung y al monasterio Ganden, a 40 km de la capital, uno de los centros más importantes del budismo tibetano. Obviamente sus monjes ya no luchan por el poder con los otros dos monasterios; el Tibet, anexado por la República Popular China, no es más una teocracia desde 1950. Ya no manda el Dalai Lama, que está en el exilio en la India, ni hay monjes ministros, monjes soldados o incluso monjes verdugos. Es que el Tibet gobernado por los lamas no se parecía tanto al reino de paz y compàsión idealizado por muchos extranjeros, que escuchan únicamente a los monjes exiliados, o a las fantasías de Hollywood o al nazi Heinrich Harrer, que pasó sus siete años allí porque no podía, a causa de la guerra mundial, regresar a su Austria natal, patria también de su amado Führer (link). Para saber un poco más sobre la historia del Tibet, es mejor el libro de Goldstein (link), por ejemplo, aunque hay muchos otros.
El caso es que el monasterio Sera, que ahora está únicamente dedicado a la formación espiritual, tiene una casa de té realmente fantástica, de aspecto medieval, que merecería muchas más fotos de las que pude tomar. Aquí va una de ellas al menos.