Al mirar esta foto percibo detalles que se me habían escapado cuando la tomé, como me ocurre con frecuencia, apremiado por encontrarle a los diferentes elementos que la componen, muchas veces en movimiento, la ubicación adecuada, sin intervenir, jugando únicamente con el instante más oportuno para oprimir el disparador.
Veo que el hombre lleva, sobre un carrito de supermercado conseguido quién sabe donde, lo que parecen ser todas sus pertenencias, su casa.
Es poco, sin duda, pero eso no parecería influir en su apreciación del país que de alguna manera lo ha dejado a un lado del camino. Una pequeña bandera nacional flamea frente a su cabeza, ocultándola, como si fuese parte de él. Me hace reflexionar sobre el concepto de patria, de patriotismo, en sus símbolos y en lo que puedan significar o no para él o para nosotros. No se me ocurre ninguna respuesta simple, solo muchas otras preguntas. Recuerdo que Cartier-Bresson escribió un día que con sus fotografías no pretendía dar respuestas, más bien sugerir preguntas o mejor aún, preguntas y respuestas simultáneamente.