lunes, 19 de mayo de 2014

Presencia

El pequeño puerto de Piriápolis tiene una historia negra. Según me dijeron, está en una zona de la costa que alguna vez fue frecuentada por seres misteriosos e indescriptibles, poco menos que surgidos del Necronomicon. Algunos signos de este turbio pasado aún pueden verse en las inmediaciones del amarradero de yates. También me sugirieron que evitase en lo posible andar por ese lugar los primeros sábados del mes tras la puesta del sol.