Esta tarde, poco después del mediodía, los uruguayos se volvieron a paralizar frente a las pantallas para presenciar, sumidos en la mayor incertidumbrea, el heroico desempeño de la Celeste frente a Jordania en Amán. Yo, haciendo gala de mi probervial desentendimiento respecto a todo lo que tenga que ver con el fútbol y no esté estrictamente ligado a mi trabajo, me crucé, de camino a la agencia, con estos dos personajes, presumiblemente padre e hijo, que tras finalizar la heroica y victoriosa gesta se dirigían, engalanados con los colores patrios, hacia La Pasiva, sospecho que con el fin de darle un buen final gastronómico al festejo.
