jueves, 14 de noviembre de 2013

Sierpes veredes


Acá nos quejamos de llenos, nunca estamos satisfechos con lo que tenemos. Por ejemplo, en nuestra ciudad no hay -o al menos no se ven- serpientes por las calles, y me refiero a las reales, no a las metafóricas, que ésas sí que abundan. En otras partes, territorios lejanos y hasta cierto punto, míticos, los reptiles son tan numerosos y de tal tamaño que todos los días, por las mañanas, deben ser recogidos y devueltos a su hábitat natural. Agradezcamos el estar adonde estamos.