jueves, 26 de septiembre de 2013

Siesta


Se echó a dormir un rato, tras abrir la ventana para dejar entrar la brisa del atardecer. Afuera se veía un viejo ombú acomodado sobre el prado de verde pasto que lo separaba del tumulto de la ciudad, un poco más allá. Nada como descansar cerca de la campiña para tener dulces sueños.