martes, 5 de febrero de 2013

La partida


Se quedaron en silencio en la orilla, allí adonde las olas, agotado su entusiasmo, les lamía apenas los pies, mirando hacia el poniente, hacia el punto en el horizonte en el que habían visto desaparecer la barca. Era una barca pequeña, pero llevaba a bordo sus esperanzas, que eran muchas y por eso permanecieron allí un buen rato hasta que la oscuridad tomó cuenta de todo y la línea del horizonte se abrazó a la noche y tuvieron que irse..