jueves, 19 de agosto de 2010

De tango

¿Será este el café que el señor del tango miraba de afuera cuando era chiquilín? Si no lo es, lo parece. Es el mismo bar de la entrada de ayer, pero mirando hacia el lado opuesto. Ya no se ven las computadoras y demás parafernalia de la nave espacial de Buck Rogers, este es un boliche como los de antes, sólo para hombres que beben fuerte, como debe ser. Con mi cortado, yo era un ser atípico, el clásico outsider.