domingo, 25 de julio de 2010
Spleen
No es una toma hecha en Montevideo, ni tampoco es de los últimos días, pero está de acuerdo con el estado de ánimo melancólico -algo así como el spleen, que entusiasmaba tanto a los poetas franceses del siglo XIX, como Baudelaire- que me provoca esta mañana fría y brumosa. Cada uno es libre de imaginar, tomando como punto de partida esta imagen, un escenario que incluya un pequeño puerto perdido, quizás fluvial, solitarios marineros que se embriagan al anochecer en algún mugriento bar con prostitutas viejas y onettianas y un sórdido final de cuchilleros que luchan por una causa que ya estaba perdida desde antes de nacer, a lo Borges. Como ven, se presenta una tarde ideal para quedarse en casa leyendo, sin siquiera asomar la nariz.