martes, 18 de mayo de 2010

Demonios

Iba caminando por 18 de Julio al caer la noche y al pasar frente al templo evangélico que ocupa el lugar del antiguo cine Trocadero, adonde tantas buenas películas viera en el pasado, percibí a un par de demonios que venían veloces hacia mí. Supongo que eran demonios, porque corrían como tales y parecían huir de la cruz que había en el hall del cine -perdón, de la iglesia- así que me llevé la cámara al rostro y la disparé, como para exorcisarlos y pasaron a mi lado riendo sin detenerse, o sea que funcionó. Siempre trato de llevar alguna cámara conmigo por si se dan situaciones como esa, es más práctico que andar cargando con agua bendita o balas de plata.