domingo, 7 de marzo de 2010

Invasión

Allí estaba, a la vista de todo el que pasaba por la vereda, probablemente confiada en que nadie se dignase siquiera a echarle algo más que una fugaz mirada al jardín abandonado de una casa desocupada en pleno corazón de Pocitos y notase su presencia. Parecía un ser de otra galaxia, extraño, invasor y amenazante, una suerte de pulpo o de araña gigante, y quizás lo era. Tomé la foto y me fui alejando con disimulo, en puntillas, para no llamar su atención sin necesidad, por si acaso .