Estaba haciendo un reportaje para la agencia en la llamada "Ciudad de la Costa", al este de Montevideo, cuando me crucé con ellas: estaban juntitas, agazapadas al borde de la ruta, fisgoneando a los que pasaban por allí en sus vehículos o a pie y chismorreando, sin dejar títere con cabeza, unas auténticas brujas. Y el perrito, aunque estaba a sus espaldas, no se les quedaba atrás, me pregunto si no tendría nada mejor para hacer que meter el hocico adonde no lo necesitan.
lunes, 22 de febrero de 2010
Conventilleras
Estaba haciendo un reportaje para la agencia en la llamada "Ciudad de la Costa", al este de Montevideo, cuando me crucé con ellas: estaban juntitas, agazapadas al borde de la ruta, fisgoneando a los que pasaban por allí en sus vehículos o a pie y chismorreando, sin dejar títere con cabeza, unas auténticas brujas. Y el perrito, aunque estaba a sus espaldas, no se les quedaba atrás, me pregunto si no tendría nada mejor para hacer que meter el hocico adonde no lo necesitan.