martes, 26 de enero de 2010

Gargolita


¡P
obre gárgola, tan chiquita, perdida allá arriba, en el borde inferior de ese viejo balcón corroído por el tiempo e invadido por inútiles brotes de los plátanos cercanos, conviviendo con el esqueleto infame de un cartel luminoso ya olvidado!
Hubo una época, cuando la casa que te alberga era nueva, en la que tu pequeña boca vertía orgullosa el agua de la lluvia hacia la calle; hoy quizás ni eso hagas, eres un vano recuerdo de tiempos que supieron ser mejores para ti.