lunes, 11 de enero de 2010

Calor

Hace un calor terrible, que en el centro de la ciudad se siente aún más. Casi todo el mundo se ha puesto la ropa más fresca que encontró en el armario o se dirige presuroso a comprarse algo adecuado. Un comerciante, de shorts, hojea el diario, escogiendo cuidadosamente los artículos que lee para evitar calentarse aún más, a su lado un anarquista, de los que nunca faltan, pasa con una campera, mientras que a sus espaldas un entusiasta de la marcha ya se encamina con paso enérgico hacia las lejanas montañas con la ilusión de refrescarse en las nieves eternas de alguna cima de nombre famoso.
Pueden pasar muchas cosas en el centro de Montevideo en una tarde de calor.