jueves, 5 de noviembre de 2009

El paisajista

Una de las áreas de la fotografía que más satifacciones me ha dado a lo largo del tiempo ha sido el retrato, pues entre otras cosas, me ha ofrecido la oportunidad de conocer gente muy interesante. Como cuando fotografié para la revista para la cual trabajaba, hace algunos años, al paisajista Leandro Silva Delgado, quien por aquel entonces estaba radicado en España, creo, y había venido a pasar algunos días a su Uruguay natal.
Nos recibió en su pied-à-terre de la Ciudad Vieja, un pequeño apartamento antiguo en un tercer o cuarto piso, colmado de todas esas cosas que atraen la vista como un imán -libros, plantas, objetos de arte, etc.- conque los artistas, en una forma aparentemente casual pero que no lo es, porque tiene mucho que ver con su vida y su subconsciente, van completando el espacio que los rodea hasta que pasan a vivir dentro de una obra de arte en si misma.
Silva Delgado tenía una conversación apasionante y mientras trataba de situarlo en el visor de mi cámara, yo lo escuchaba con placer. Ya no recuerdo los detalles de lo que nos contó, pero al menos me ha quedado este gesto suyo, gracias a la imagen fotográfica.