lunes, 9 de noviembre de 2009

Antes del verano

Me gustan los balnearios fuera de temporada, me gustan mucho más que durante el verano, porque me hacen sentir que el mar y la arena me prestan atención sólo a mí, como cuando mantenemos con un amigo una conversación frente a frente. Luego, cuando comienzan a aparecer los primeros signos del arribo de la temporada, se desperezan con calma y van cobrando vida sin sobresaltos, conservando un aire de intimidad que me transporta a aquel pasado real o imaginado en el que sentía que tenía más espacio libre a mi alrededor, y sobre todo, un tiempo inagotable por delante.