Me paseaba por el Cementerio Central cuando vi esas dos figuras ornando una vieja tumba. Al notar la trama que unía sus labios como una telaraña -bueno, era una telaraña, en realidad- no me quedó duda alguna de que la pareja que allí yacía, en algún momento de sus vidas se había jurado amor eterno. Tremendamente romántico y un poquito macabro, lo admito.
sábado, 17 de octubre de 2009
Romántico
Me paseaba por el Cementerio Central cuando vi esas dos figuras ornando una vieja tumba. Al notar la trama que unía sus labios como una telaraña -bueno, era una telaraña, en realidad- no me quedó duda alguna de que la pareja que allí yacía, en algún momento de sus vidas se había jurado amor eterno. Tremendamente romántico y un poquito macabro, lo admito.