domingo, 18 de octubre de 2009

Colores urbanos

Recuerdo que cuando era joven, hace ya unos cuantos años, Montevideo me parecía una ciudad bastante gris. Más tarde me fui a enterar de que en realidad existía -y no sé si llegó a ser derogada- una disposición municipal que regulaba los colores con que se podía pintar las fachadas de las casas, que eran unos pocos y todos de tonos apagados. Asi pues, el bajón visual no podía ser atribuido exclusivamente a nuestros notorios rasgos depresivos.
Sin embargo y desde hace ya algunos años, el aspecto de la ciudad ha ido cambiando y de a poco fragmentos de arcoiris -presuntamente extraviados- comenzaron a afincarse aquí y allá, en forma de grafittis, propaganda comercial y política y hasta en las fachadas de algunas casas disidentes.
Por ahí siempre fue más o menos así y el que ha ido cambiando fui yo, pero el caso es que mi cámara se fue acostumbrando poco a poco a utilizar película color con cada vez más frecuencia y esto me ha llevado a cambiar también en cierto modo mi manera de fotografiar y a procurar nuevos temas. Renovarse es vivir, dicen.