sábado, 5 de septiembre de 2009

Ruido de fondo

Sentarse a escuchar a una orquesta sinfónica en medio del bullicio urbano no es lo mismo que hacerlo en una sala adecuada, por cierto, aunque siempre es relajante, pese a que el ruido de los motores de los autobuses por momentos impida oír a los violines. Esta representación se llevó a cabo en plena tarde frente a la Biblioteca Nacional, un lugar de mucho tránsito y el público estaba instalado a pocos pasos de la calle. La acústica del lugar no era muy buena que digamos, pero a mí no me importaba porque eso en la foto no se nota.