martes, 21 de julio de 2009

Parroquianos

Un viejo café a pocas cuadras de mi casa, un lugar que podría parecer sórdido si no fuese por la sencilla amabilidad de sus escasos parroquianos, algunos de los cuales brindaban con alcohol -a media tarde- lo que los tornaba más locuaces, y otro que bebia su refresco sumido en un reflexivo silencio.