martes, 28 de julio de 2009

Es más fuerte

Fue durante algo así como un encuentro o certamen de tatuadores que se llevó a cabo en el Instituto de la Juventud en Montevideo, en el transcurso del cual muchachos de ambos sexos aprovechaban para hacerse perforar la piel repetidas veces (en reiteración real, como diría un abogado) con agujas embebidas en tintas indelebles, acción que les provocaba no pocas muecas de dolor o al menos, de intensa molestia.
Mientras se dejaban dibujar el cuerpo con resignación con diferentes imágenes seleccionadas de alguno de los diversos catálogos disponibles, casi todos ponían inevitablemente en algún momento u otro caras raras, salvo el joven de la foto, que astutamente se había hecho acompañar por su novia para que le amenizara el trámite, ya que como bien sabido, el amor todo lo puede.