viernes, 24 de julio de 2009

El lustrabotas

Un día recibí una llamada de un profesor de sociología de la Universidad de Valencia, en España, que había visto una ampliación de esta foto a gran tamaño en una conocida librería de Montevideo y quería comprarme una copia. Su ojo entrenado había captado un detalle que a mí, más preocupado por la composición y la situación como un todo, se me había escapado. Había notado que el lustrabotas -me dijo- estaba leyendo un libro ilustrado que posiblemente fuese educativo. Para él -agregó- esa foto debería estar en todas las universidades del mundo, pues ejemplificaba a un hombre humilde y de mediana edad luchando por continuar aprendiendo por su propia cuenta.
Como el profesor se iba del país al día siguiente y no tenía tiempo de hacerle una copia más grande, le regalé una 20x25 que ya tenía hecha, lo que lo dejó muy contento.
Poco tiempo después, ya de regreso, me envió un email agradeciéndome nuevamente por la fotografía y me contó que la había fotocopiado y distribuido entre sus colegas de la universidad, lo que me dó mucho gusto.
El lustrabotas lector nunca supo que se había convertido para algunos en un símbolo de la capacidad del hombre de superar la ignorancia a pesar de las desventajas sociales y etarias.