lunes, 25 de agosto de 2025

Yenia Dumnova

Una amiga me comentó ayer lo mucho que le había gustado el documental Un mundo recobrado (link), proyectado recientemente en la Cinemateca, y que aún no he podido ver. Trata de una persona que conocí un poco en 1971, algo así como en otra vida, una mujer admirada, talentosa y entrañable: la rusa Yenia Dumnova. Por razones que no vienen al caso, en 1971 frecuenté al teatro El Galpón, donde dos amigos, con los cuales luego participé del grupo de integrantes de la secretaría personal del general Seregni, daban clases de gimnasia para los estudiantes a actores. Luego de las sesiones, los acompañaba a un bar cercano al teatro, donde charlábamos durante una o dos horas. Con frecuencia nos acompañaba Yenia, que trabajaba allí como escenógrafa y a quien todos conocíamos, además, por sus dibujos que aparecían en el poco menos que mítico semanario Marcha, que obviamente todos leíamos con avidez en esos tiempos tan convulsionados, ("tiempos interesantes", como dirían los chinos para maldecirlo a uno, "¡Ojalá te toque vivir en tiempos interesantes!"). La recuerdo como una mujer hermosa, que nos impactaba pese a ser unos cuantos años mayor que nosotros, con gran sentido del humor y que contaba anécdotas fascinantes, como cuando recordaba, montada a horcajadas sobre los techos de alguna casa en Moscú, haber mirado arder la ciudad a causa de los bombardeos nazis.
Nada es perfecto, nunca, y recién vine a recordar haberla fotografiado cuando me enteré del documental citado. Entre las poco más de 50.000 imágenes que tengo en mi archivo digital, que sin ser tantas son unas cuantas, dormía un par de fotos de Yenia, que por alguna razón misteriosa no había clasificado como retratos, lo que me privó de mostrar alguna de ellas en mi actual exposición sobre artistas uruguayos en el MNAV donde, recién me vine a enterar, incluso hay una obra suya en el acervo. La subo ahora, tratando, torpemente, de remediar un poco esa falla.