En el desfile que se llevaba a cabo en la avenida Marqués de Sapucaí, donde estaban toda la prensa y los medios y desde donde el público que se podía pagar un palco privado, los llamados "camarotes", habría sido imposible encontrar una solitaria novia como esa, girando y girando en medio de la avenida Rio Branco al frenético ritmo de la música de samba que emitían los altoparlantes.